18 Nov Tóxicos cotidianos y enfermedades autoinmunes
¿Cuánto sabes de los tóxicos cotidianos que te rodean? ¿Y de su influencia en las enfermedades autoinmunes?
Muchas veces nos quedamos ancladas en la creencia que las enfermedades autoinmunes son genéticas y que son incurables. Incluso que tienes que tomar inmunodepresores y un montón más de medicamentos el resto de tu vida para reducir los síntomas hasta que se hagan tolerables. Y aunque es una opción muy respetable, te aseguro que no es la mejor solución.
Hoy quiero compartir contigo otra opción. Y no, no se trata de una opción basada en suplementos mágicos que van a revertir todos tus síntomas inmediatamente.
Se trata de honrar a tu cuerpo y crear de manera consciente un entorno que apoye tu mejoría. Al igual que un jardinero que prepara la tierra donde florecerán sus plantas, tú puedes hacer exactamente lo mismo con tu cuerpo y tu salud.
¿Qué es una enfermedad autoinmune?
Quiero empezar aclarando qué es una enfermedad autoinmune, porque sé que algunas de vosotras podéis tener alguna duda.
Una enfermedad autoinmune es aquella en la que nuestro sistema inmunológico empieza a atacar los tejidos de nuestro cuerpo y te sientes como si una presencia alienígena hubiera tomado el mando de tu cuerpo, una fuerza misteriosa que te hace tener temblores, dolores, pánico, debilidad, fatiga, neblina mental, debilidad muscular…
Algunas enfermedades autoinmunes son: el hipertiroidismo o enfermedad de Grave, la tiroiditis de Hashimoto, la artritis reumatoide, la celiaquía, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia, la psoriasis, el lupus, la colitis ulcerosa, la esclerosis múltiple, la diabetes, la esclerodermia…
¿Os suenan raras? Ahora quizá no sean muy comunes, pero cada vez lo son más. De hecho, son las enfermedades del mañana.
Puede que te hayan diagnosticado una de estas enfermedades o puede que tengas un montón de síntomas que indiquen que tu sistema inmunológico está inflamado, aunque aún no hayas desarrollado completamente la enfermedad. Síntomas como:
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La medicina convencional busca un diagnóstico y medica los síntomas. El problema es que las medicinas tienen efectos secundarios muy perjudiciales, y es posible que llegue un momento que dejen de funcionar.
Con los cambios que te quiero proponer es posible aliviar los síntomas y volver a vivir una vida sin dolor con mucha menos medicación.
Los 4 jinetes del Apocalipsis de tu enfermedad autoinmune
Ahora que ya sabes qué son las enfermedades autoinmunes, quiero enseñarte los 4 factores que a los que he llamado los jinetes de la Apocalipsis de tu enfermedad autoinmune, que son:
- Una flora intestinal desequilibrada.
- Los alimentos inflamatorios.
- El estrés.
- Los tóxicos que consiguen entrar en tu cuerpo.
Por eso, para cuidar de tu entorno, tienes que actuar en 4 pilares básicos:
- Sanar el aparato digestivo.
- Hacer los cambios necesarios en la alimentación (eliminando alimentos inflamatorios y proteínas reactivas).
- Eliminar infecciones y reducir el estrés.
- Reducir la carga tóxica.
En este artículo quiero hablarte de los 3 primeros, pero antes de empezar, quiero hacer una pequeña puntualización: esto se trata de un estilo de vida y no de un plan pasajero. Eso significa que se tiene que hacer poco a poco y no de un día para otro. Y siempre desde el amor por ti misma y desde el compromiso con tu salud.
Si estos cambios no los incorporas como un nuevo estilo de vida, seguramente te cueste mucho ver reflejados los resultados en tu bienestar.
Primer pilar: sanar el aparato digestivo
Graba esto en tu mente: si tu aparato digestivo no está sano, tu sistema inmunológico tampoco lo estará. El 80% del sistema inmunológico está en tus tripas.
La misión de tu aparato digestivo es protegerte 24 horas al día 7 días a la semana. Es el encargado de ocuparse de los virus, bacterias y otros tóxicos que amenazan nuestra salud al conseguir entrar en nuestro cuerpo.
Dentro del aparato digestivo encontramos anticuerpos y linfocitos: las células T asesinas, las T reguladoras, las T colaboradoras y las células B. Cuando se ponen en alerta momentánea se genera una inflamación aguda (su arma favorita para protegernos).
Esta inflamación desaparece cuando la causa desaparece. Sin embargo, la inflamación puede hacerse crónica y esto inflama y agota al sistema inmune. Cuando esta situación dura mucho tiempo pueden empezar a confundirse y empezar a atacar a nuestros propios tejidos, generándose así la autoinmunidad.
¿Y cómo saber si tienes una buena salud en tus tripas? Observando si:
- Te encuentras bien después de comer.
- Vas al baño de 1 a 3 veces al día.
- No tienes gases ni hinchazón ni dolores después de comer.
- No necesitas medicamentos para la acidez del tipo omeoprazol.
- No tienes reflujo ácido.
Una dieta tóxica cargada de procesados y refinados, alcohol, gluten, lácteos, omeoprazol y similares, anticonceptivos, antibióticos y moho contribuyen a desarrollar lo que se llama intestino permeable.
Cuando se tiene el intestino permeable se tiene todas las papeletas para desarrollar muchas enfermedades, entre ellas las enfermedades autoinmunes. ¿Qué es exactamente esta permeabilidad? Para que lo entiendas, son una especie de grietas que se abren entre las células de las paredes intestinales por las que empiezan a pasar tóxicos y comida parcialmente digerida.
Entonces el sistema inmunológico (que se encuentra tras las paredes intestinales) no reconoce estas partículas que le resultan tan amenazadoras y se vuelve completamente loco, provocando una tercera guerra mundial en tu barriga.
¿Cómo se cura la permeabilidad?
Paso 1: eliminar alimentos inflamatorios, el alcohol, la cafeína y todos los medicamentos que puedas eliminar. Eliminando la posible candidiasis o desequilibrios en la flora y parásitos.
Paso 2: restaurar enzimas digestivas y otros suplementos que ayudan a eliminar el reflujo y la acidez.
Paso 3: reintroducir bacterias saludables con probióticos.
Paso 4: reparar las paredes del aparato digestivo con aminoácidos esenciales.
Te recomiendo escuchar este episodio del podcast de Fitness Revolucionario sobre permeabilidad intestinal.
Segundo pilar: cambiar la alimentación
Si sufres inflamación crónica o una enfermedad autoinmune tendrás intestino permeable. En ese caso, el enemigo público número uno es el gluten, un grupo de proteínas que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno.
El gluten es pegajoso, como el pegamento, y se usa habitualmente en muchos alimentos procesados como aglutinante. Causa permeabilidad intestinal, incluso si no eres celíaco puedes tener sensibilidad. Si tienes una enfermedad autoinmune y sólo puedes hacer un cambio, el retirar el gluten de tu alimentación debería ser ese cambio.
Por supuesto también que hay que eliminar procesados, alcohol, café y salsas. Hay personas que tienen que eliminar también los cereales y las legumbres, porque estas proteínas pueden producir la misma reacción que el gluten y generar inflamación.
Tercer pilar: disminuir el estrés y curar las infecciones
La mayoría de gente que tiene enfermedad autoinmune ha tenido o tiene durante su vida inflamaciones recurrentes que ponen en alerta el sistema inmunológico (sinusitis crónica, infecciones de orina…)
Y algo muy importante que nos pasa a prácticamente todas y a lo que no damos la importancia que tiene es el estrés.
El estrés también pone en alerta nuestro sistema inmunológico, que se siente amenazado. Si nuestro cuerpo se siente constantemente en alerta vuelven los problemas de colon irritable, malas digestiones, hinchazón, gases…
Por eso es recomendable prestarle atención a este factor y trabajar para reducirlo. Practica actividades que te ayuden, como el yoga, la meditación, pintar o bailar. Permanecer activa tanto física como mentalmente te ayudarán a mantener a raya el estrés.
Del cuarto pilar, de los tóxicos a los que nos exponemos, te hablaré la semana que viene con un artículo muy especial. Pero hasta entonces, aquí tienes la base para empezar a mejorar los síntomas de tu enfermedad autoinmune.
Cuéntame, ¿eras consciente de cómo afectaba todo esto en tu bienestar? ¿Le pones atención a los pilares de los que hemos hablado hoy?
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